Opinión
Cuando conseguí la exclusiva para la Agencia Efe en la que narraba la increíble historia de
‘China’, una avispada cabra que robaba prendas de vestir en el
mercadillo del barrio de Sant Cosme de la ciudad en la que vivo (noticia
que en su día tuvo una gran repercusión mediática), se cumplía la
máxima periodística de que no es noticia que un
perro muerda a una persona, sino que una persona muerda a un perro.
Luego me tocó cazar la noticia del loro ‘Yako’ que entonaba
primorosamente el himno del Barça y que acabó siendo invitado de honor
de un programa deportivo de TV3. Y para rematar el trío de
historias insólitas, me tocó contar lo de la yegua ‘Pecosa’ que había
alumbrado gemelos univitelinos, un caso muy poco frecuente.
Manuel Dobaño (Periodista). |
Durante
algún tiempo llegué a pensar que, más allá de mis entrañables e
irracionales personajes (‘China’, ‘Yako’, ‘Pecosa’ y alguno más que me
dejo por el camino), no hallaría nada más que me volviera
a alucinar tanto. Pero, hete aquí que la cruda realidad me demostraba
todo lo contrario en cuanto al hallazgo de noticias sorprendentes, de
esas que se acostumbran a incluir dentro del baremo del más difícil
todavía. Es nuevamente mi amigo (“El Cínico”), quien
me contaba lo que acababa de leer recientemente en la prensa: “Una
mujer, madre soltera, se casa por primera vez en EE.UU. a los 80 años
con su novio de 95, viudo y con un hijo”. Así, tal como suena, y luego
que digan que eso del amor se acaba con la edad.
Otro
suceso que me hacía flipar era el de la chavala de 26 años que fue
detenida hace unos días por circular durante 30 kilómetros en dirección
contraria por la AP-7 y sin una de las ruedas delantera.
Según la poli, la joven en cuestión se había ido de farra discotequera
y, con una cogorza de aquí no te menees, pretendía llegar a su
domicilio de Llagostera (Girona). La última cuestión que me hacía
alucinar es toda la movida que se montaba con el Black Friday, una orgía
consumista a prueba de crisis e importada de tierras
yanquis y que paradójicamente se celebraba el mismo día que moría Fidel
Castro (la bestia negra del capitalismo). Un servidor, sin embargo,
decidía pasar de largo de las ofertas que me llegaban vía Internet con
la aviesa intención de fundir mi tarjeta de crédito. También puede leer este artículo en El Prat al Día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario