lunes, 25 de enero de 2016

El obsceno sueño de los 62 millonetis

 Opinión.
En esta injustísima sociedad que nos ha tocado sufrir, perviven ignominiosas realidades que no paran de machacar nuestras adormecidas conciencias y de provocar que todos los bienintencionados propósitos que hayamos podido hacer para el año 2016, se vengan súbitamente abajo delante de la contundencia y la magnitud de noticias como esta: “Los 62 más ricos tienen el mismo dinero que la mitad más pobre del planeta”. Sí, han leído bien, esta es la obscena historia de la muy exclusiva banda de unos millonetis, a los que no les perturba el sueño que perdure en el tiempo una injusta distribución de la riqueza, consecuencia directa de la explotación del hombre por el hombre, el gran pecado original de la humanidad.  
Según denunciaba Oxfam Intermon, “un 1% tiene más dinero que todo el resto de la población mundial en su conjunto”; al tiempo que recordaba que la brecha global entre pobres y ricos no para de crecer; circunstancia que provoca que “cada vez más, los ricos son más ricos y los pobres más pobres”. Y en lo que concierne a España, todavía inmersa en reformular su futuro político, se ha publicado que “es el país con más desigualdades de la OCDE, detrás de Chipre”. Hasta la fecha, han fracasado todas las revueltas sociales en busca de la utopía igualitaria, y “para mantener narcotizado y entretenido al personal, los que cortan el bacalao han inventado la droga de los móviles y demás artilugios electrónicos”, me contaba mi amigo (“El Cínico”). 

Y para reafirmar tan visceral planteamiento de mi amigo, el prestigioso astrofísico británico Stephen Hawking nos advertía de que “los avances tecnológicos amenazan la humanidad”. Mientras tanto, Médicos Sin Fronteras calificaba de “fracaso catastrófico” la gestión migratoria europea. También, aquí, en suelo patrio, se hacía saber que las redes sociales, entre otros males, “potencian mucho la infidelidad”. Pero lo que más me alteraba las neuronas era esta  otra cuestión: ¿Cómo puede ir bien una sociedad que consiente que el llamado pequeño Nicolás cobre al día lo mismo que un médico al mes, simplemente, por mostrar su careto en GH VIP durante una semana? Eso no es un sueño, es una realidad obscena. Manuel Dobaño (Periodista). También puede leer este artículo en El Prat al Día  

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